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Quizás pronto no tendremos ya necesidad de recargar con pesadas baterías o aparatosos cables nuestros teléfonos celulares.
Los aparatos utilizan materiales piezoeléctricos que recogen energía del movimiento.
Imagínese que la vibración de su voz, mientras conversa por teléfono, será capaz de convertirse en electricidad para que el aparato siga funcionando. Aunque parezca ciencia ficción, un equipo de ingenieros en Estados Unidos está cada vez más cerca de lograrlo. Los científicos de la Universidad de Texas A&M ya lograron duplicar la eficiencia de los llamados aparatos piezoeléctricos, que son capaces de producir energía a partir del movimiento y la vibración.
El tamaño importa
La clave, al parecer, está en el tamaño, como señalan los autores del estudio en la revista Physical Review B. Los científicos descubrieron que cierto tipo de material piezoeléctrico puede convertir la vibración en energía aumentada al 100% cuando se le fabrica a un pequeñísimo tamaño.
Y pequeño quiere decir casi 5.000 veces más delgado que un cabello humano, o 21 nanómetros de espesor. Incluso las alteraciones en la forma de las ondas de sonido podrían en el futuro ser "recolectadas" para producir energía en aparatos nano y micrométricos .Prof. Tahir Cagin -El efecto piezoeléctrico, que se basa en la nanotecnología, ocurre en ciertos materiales cristalinos y cerámicos. Al estirarlos o comprimirlos se provoca una separación de carga eléctrica a lo ancho y esto provoca un voltaje que puede aprovecharse, dicen los autores. El concepto piezoeléctrico no es nuevo, fue descubierto por científicos franceses en los 1880, quienes lo usaron por primera vez en aparatos sonares durante la primera guerra mundial. Hoy en día, estos materiales se utilizan en encendedores electrónicos y micrófonos, en los cuales puede "recolectarse" energía con la presión de un dedo pulgar o incluso en una onda de sonido. Actualmente se ha comenzado a estudiar la posibilidad de fabricar aparatos piezoeléctricos que recogen energía del movimiento humano o el movimiento de la ropa. E incluso hay muchos clubes en Europa que ya han incorporado materiales piezoeléctricos en sus pisos de baile, para reciclar una pequeña parte de la energía que transmiten los danzantes. Sin embargo, los científicos han descubierto que el comportamiento de los materiales en aparatos relativamente grandes puede cambiar radicalmente cuando se le fabrica a escala nanométrica.
Flexoelectricidad
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