viernes, 27 de marzo de 2009

Noticias Ciencia al Dia Marzo 2009

Cuando ruborizarse es un problema
Sonrojarse por algún bochorno o vergüenza puede ser común para algunos. Pero para otros el fenómeno puede ser discapacitante.
Una situación bochornosa suele ruborizar a las personas. Este trastorno, llamado rubor facial patológico, hasta ahora ha sido muy poco investigado, y por lo tanto la gente que lo sufre no suele buscar ayuda. Pero ahora el psiquiatra chileno Enrique Jadresic, investigador de la Universidad de Chile, afirma que existen tratamientos que pueden cambiar la vida de muchas personas.
Según el psiquiatra, la ruborización patológica puede llegar a tener un impacto muy negativo en la vida diaria de quien lo sufre. El doctor Jadresic decidió investigar el problema y publicó un libro llamado When Blushing Hurts (Cuando el rubor duele). "El libro surgió por una experiencia personal, porque toda mi vida me ruboricé con mucha facilidad y esto me ocasionó muchas dificultades y lo pasé muy mal", dijo el psiquiatra a BBC Ciencia.
"En el 2003, yo era secretario general de la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile y me ofrecieron ser presidente de la Sociedad. Esto era un honor y deseaba aceptar la postulación, pero por otro lado sabía que el cargo implicaba estar sometido al escrutinio de los demás, en posiciones de liderazgo, dar discursos, etc. Y mi ambivalencia se debía justamente a mi propensión a sonrojarme, porque lo normal es que las personas de autoridad no se sonrojen".
Incapacitante
Es frecuente escuchar la frase "el color nos sube a las mejillas", se dice o hace algo que cause turbación o vergüenza. Se cree que entre 5 7 % de la población sufre rubor facial patológico.
Pero para quienes sufren el rubor patológico esta experiencia ocurre de manera tan frecuente que la persona termina evitando el contacto social .Esto fue lo que condujo al psiquiatra chileno a una operación que dice, podría poner fin a su ruborización. "La operación, llamada simpatectomía toráxica endoscópica, me cambió la vida y desde entonces me he sonrojado mucho menos o casi nada". Algunos expertos creen que la causa de la ruborización severa es psicológica. Pero el doctor Jadresic cree que "es un problema principalmente biológico que se traduce en consecuencias psicológicas muy indeseables". Se trata, dice, de un problema de hipersensibilidad del sistema nervioso simpático y tiende a darse en familias. "Es muy importante hacer una diferenciación entre la ruborización normal -que experimentamos todos en una situación bochornosa- y el rubor patológico", explica el investigador. "No es normal sonrojarse sin motivo, a diario, a solas, ante una exigencia académica, o abandonar el colegio y rechazar un ascenso laboral porque nos sonrojamos". "Y las personas que sufren por este trastorno deben saber que hay tratamientos al alcance que van desde terapia psicológica, medicamentos, y para los casos más graves y como último recurso, la operación quirúrgica". El procedimiento quirúrgico, explica el médico "es muy sencillo, requiere seccionar o poner un "clip" en el nervio simpático a nivel toráxico". Más sudor -Las personas que sufren por este trastorno deben saber que hay tratamientos al alcance que van desde terapia psicológica, medicamentos, y para los casos más graves y como último recurso, la operación quirúrgica Dr. Enrique Jadresic .El sistema nervioso simpático a menudo se activa cuando experimentamos una situación peligrosa o aterradora, causando que se dilaten las pupilas, que el corazón lata a ritmo más rápido y que fluya más sangre a los vasos sanguíneos de la cara provocando rubor y sudoración. Hasta ahora, sin embargo, no hay estudios clínicos que confirmen la efectividad de la operación quirúrgica.
Y uno de los efectos secundarios de la operación es que como el nervio simpático es encargado de regular la temperatura corporal con la sudoración, debe compensar su pérdida facial con exceso de sudor en otras partes del cuerpo. Para el doctor Jadresic, los beneficios de su tratamiento superan a los efectos secundarios. Pero subraya que esta operación no debe convertirse en un tratamiento estándar para el trastorno. "Primero debemos recurrir a otros tratamientos como la psicoterapia y los medicamentos". "La operación debe usarse como último recurso, reservado sólo para los casos de rubor facial muy invalidante", agregó.

No hay comentarios: