· Estados Unidos Texas, USA - Una apreciación de Ana Pellón, profesora española en Rusk, Texas, sobre el llamado ‘Cinturón Bíblico’ en los Estados Unidos.
“Siempre quiso vivir en un país de cultura anglosajona. Fue su objetivo desde que terminó la carrera de Filología Inglesa en la Universidad de Deusto. Un paso que, sin embargo, le costó mucho hacer realidad. Aún recuerda los años que pasó dando tumbos por España para hacerse un hueco en colegios y academias. «Hasta que un buen día me harté y me lié la manta a la cabeza», reconoce esta vizcaína de 37 años. Varios amigos le animaron a presentarse a un programa de intercambio de profesores y ella no se lo pensó dos veces. Pasó varias entrevistas y escogió Estados Unidos para vivir una larga temporada. «Mi intención era irme a Boston, pero Texas es el estado con más plazas de docente de castellano por su cercanía con México y su población hispana», explica con acento tejano desde el condado de Rusk. En la América profunda. Su primera impresión, sin embargo, no fue del todo mala. Los sureños de Estados Unidos son conocidos por su «hospitalidad». «Es cierto. Son muy educados y para cuando llegas, ya te han ojeado un coche, una casa y tú sólo tienes que ir a mirar si te gusta. Además, te abren una cuenta en el banco y te dan un cursillo de cómo rellenar un talón», explica. Y es que en esa zona de Texas nadie lleva dinero en metálico. «¡Incluso he visto a gente dejar un cheque en el cesto de la Iglesia!», apostilla con sorpresa. Otro de los obstáculos que tuvo que superar fue el acento. Pellón estaba acostumbrada al inglés británico, así que los primeros días tuvo que hacer un gran esfuerzo porque no alcanzaba a entenderles. «Y eso que aquí hablan despacio», admite. Superada esa barrera, se topó con otra adversidad, a la que hizo frente con mucho respeto. «En mi primer día de clase, a las diez de la mañana, sonó el himno estadounidense y todos los alumnos se pusieron en pie. Yo les advertí que no iba a hacer lo mismo porque no lo sentía. Me limito a escucharlo y ellos lo comprenden», incide. Y es que los profesores están «muy respetados» en Texas. «Ser educador te da categoría. Admiran que hayas dejado a tu familia para educar a sus hijos», aclara. Su agradecimiento se traduce en un sinfín de servicios para los maestros: tiendas específicas donde pueden encontrar todo tipo de materiales, asociaciones que les ofrecen cobertura jurídica si tienen problemas con algún alumno y, además, les facilitan descuentos en libros, gasolina, gafas… «Nos miman. ¡Es una gozada! Cómo no voy a querer quedarme de momento», comenta. Esa misma tolerancia no la aplican, por ejemplo, cuando se trata de incumplir la ley seca imperante en su condado. «Aquí debes venir con la mente abierta porque no se puede beber alcohol, fumar ni decir tacos. Está muy mal visto. Si quieres cerveza, no te queda más remedio que poner millas de por medio hasta la licorería más cercana. Incluso en los restaurantes te sirven té con hielo, soda y agua». Además, la mayoría de sus vecinos son bautistas y «en el pueblo hay veintinueve iglesias», a las que se acude miércoles y domingo. De ahí que se conozca esta zona como el ‘Cinturón Bíblico’ de Estados Unidos. Con todo, la vida en Henderson es «sana y de mucho campo», explica. Ante todo, pueden presumir de tener una de las tasas de criminalidad más bajas del país. Esa seguridad se respira en los hogares, en donde nadie cierra la puerta, porque para eso están los ‘rangers’ de Texas, «que tienen muy malas pulgas»”, afirma Pellón.
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